Revolucionario imaginario:

Un cordial saludo mi querido amigo imaginario. Hoy estoy contento por ti y todos aquellos que creen en el desarrollo de una revolución en Venezuela. De verdad mi pana, yo he tratado. Le doy vueltas de un lado al otro y no le consigo ni pies ni cabeza al asunto de la revolución, de las guarimbas, del socialismo del siglo XXI y es por eso que acudo a ti para que me aclares algunas cosas que mi cerebro apátrida, disociado e imperialista se empeña en cuestionar.

¿Siente usted Sr. Revolucionario que el país va bien? ¿Siente además que está mejor que hace 9 años? ¿Siente usted que lo que ofrecía el Señor Chávez y su circo neo-socialista en el frasquito, delante de miles de personas realmente está curando los males de Venezuela? ¿Es a su juicio prudente decir que el país es chavista cuando hemos vivido procesos electorales de dudosa ejecución, y esto lo afirmo sin necesidad de caer en clichés como "el gobierno se robó las elecciones"?¿Cree UD. que necesitamos ser socialistas, comunistas, de derecha, de izquierda, de arriba o de abajo, de alante o atrás para salir del atolladero social y moral en el que nos encontramos? ¿Se convierte este país en uno mejor porque los estudiantes hayan decidido retirarse, y hoy en día hagamos una parrilla con morcilla y todo de ese árbol que sufrió un traspié?

Respondiendo afirmativamente a las 2 primeras preguntas no hay necesidad de seguir contestando. Bajo ese escenario sencillamente el país está bien, aquí no pasa nada y punto. Vamos sobre ruedas y no hay nada de que preocuparse más allá de uno que otro medio disociador. Entonces en ese caso yo me pongo el apellido que el presidente decida; sea socialista, comunista, marxista-leninista o todos los anteriores. Si eso es así pregunto nuevamente; “¿Porque no está entonces el gobierno cien por ciento enfocado en el desarrollo del país y utiliza todo el tiempo posible en defender una corriente ideológica? Midamos el centrimetraje de todos los periódicos chavistas y opositores; ¿Y de que se habla? De que si somos o no socialistas, de imperialismo, de burguesía. Cuando la mayoría de los venezolanos pide a gritos que se hable de “hamburguesía” y otros alimentos. Ni el socialismo ni el capitalismo malinterpretados llenan neveras.

¿Desde cuando no se habla en los autobuses, en el metro, en la calle o en los rapiditos como los llaman por aquí en Barquisimeto de Producto Interno Bruto, de inversión extranjera o de apertura de nuevas empresas? Desde hace mucho. Ni siquiera se habla de inseguridad. En días pasados el ministro Pedro Carreño avizoraba y advertía un show mediático por el tema de la inseguridad. Es como diciendo entre dientes, no hacemos nada al respecto pero tampoco te atrevas a hablar de ello.

Hoy en día encontramos con que llevándolo al argot oficialista, Venezuela vive una profunda, muy profunda crisis suave. A mi modo de ver, es un tipo de crisis más peligrosa. Una crisis donde todo se solapa, donde no cabe una carta democrática porque hay miles de personas inscritas en un partido único, la mayoría cuidando sus puestos, que pasiva pero lamentablemente avalan un gobierno de comiquita. Donde se decide no renovarle la concesión a un canal por su programación mediocre pero el mismo día se le extiende la misma a otro canal de igual calaña y se mantiene al aire y con vítores un programa como la hojilla. Donde se defiende a un pseudo-lider por encima de dignidades propias y ajenas atribuyéndole poderes sobrehumanos, donde peor aun se le celebra todo lo cuanto se le antoja.

Pero, ¿Por qué ocurre esto? Sencillamente porque secretamente confiesas la ineptitud de Chávez y su séquito pero no te atreves ni a asomarlo. Por el contrario te empeñas en celebrar o condenar la retirada de unos estudiantes. No siempre las retiradas son actos de cobardía, porque en ese caso tendríamos que llamar cobarde al principal golpista de nuestro país cuando se retiró sin pelear en dos oportunidades. Ni tampoco son malas del todo, sino remitámonos el mismo ejemplo. Para sus efectos se retiró cobardemente pero a tiempo, y aquí lo tienes de presidente.
Lejos de millones de personas sangrando juntas en televisión a causa de un fenómeno natural lo que conllevaría a una rápida respuesta, en nuestra crisis todos estamos sangrando, pero por separado y es por eso que no nos podemos rescatar unos a otros. Tú en tu casa, yo en la mía, tu con tu ideología, yo con la falta de credibilidad en sistemas regidos por una sola persona. Todos los familiares de los muertos de fin de semana. Todos ellos sangran, pero es sangre dispersa, un poquito de sangre aquí, otro poquito allá. La sangre dispersa no llena baldes, ni tampoco llena avenidas.

El problema mi amigo no es la retirada de los estudiantes de un ambiente controlado, que a mi modo de ver fue un error, pero que están en su derecho de decidir retirarse o no. Sin embargo, eso no los hace borregos de nadie, más que de sus propias convicciones, ni tampoco hace menos loables y respetables sus argumentos. En cambio podríamos ponernos a pensar; ¿es honesto para cualquier causa chavista o no que vaya a la Asamblea Nacional y se consiga con un panel completamente parcializado, y de paso eso sea motivo de celebración y cadena gobiernera? Solo ese punto de vista pudiera ser suficiente para inferir que algo anda muy mal.