T.A.S.

- "Tengo que ir a la tienda "tal" porque mi pana secreto dice que de ahi es que le gustan las camisas. Ha de ser una chemise con rayas turquesas y marrones...." Fin de esta cita. Y las del pana seguramente.

Aún medio dormida, llega ella a la oficina. Pensando en una buena arepa que arrope las polaires del día anterior. Camina lentamente y se consigue un chocolate del más negro sobre su escritorio acompañado de un papel que otrora fuera un "baucher" de cajero automático con la inscripción en boligrafo color apurado; T.A.S. En ese preciso momento, recuerda que aún no le ha regalado nada a su amigo secreto. "Está bien ser anónimo pero pichirre...?" Decepcionada por no haber encontrado aunque sea una graciosa empanada, asume su irrevocable destino de regalar algo a quien "tanto-poco" conoce porque claro, es parte del juego.

Empieza a escuchar algunos de sus compañeros de trabajo que lanzan sus deseos al aire, cosa que ya hizo su amigo hace solo unos minutos. Pal que lo agarre se pudiese llamar la obra;
- "No mijita, sea quien sea mi amigo secreto es bien pichirre, no me ha regalado naaada. Y que no me venga a salir con chocolates, porque ya estoy rodando con tanto pirulin". No hay abdominaizer ni aufat que puedan con una temporada de amigos secretos, hallacas y fiestas de fin de año.

Transcurre su día entre sonidos de caramelos, gaitas en mp3 y el mensaje de texto de la secretaría indagando sutilmente a quien le tocó regalar para ver si le cuadran sus proyecciones y poder mantener su odio temporal al que ella cree se la está tirando de payaso enviándole jabones y hojas de afeitar.

En algún momento sospechó las intenciones de su subconsciente de salirse del jueguito, pero realmente no estaba muy de acuerdo en pasar el resto del mes escuchando que si es una arrugona, que echó a perder el juego porque lo descuadró y ahora hay que decirle al guachimán y cosas por el estilo.

Finalmente llega el ocaso de la jornada en la oficina y entre irse a irse a reciclar el ratón del dia anterior y dormirse ha de pasar por la tienda tal para luego el dia del magno evento encontrar la sonrisa agradecida de su amigo secreto acompañada de un: "justo lo que yo quería, como adivinaste?"